sábado, 18 de mayo de 2013


ACTIVIDAD 26


EL DESPERTAR
La muchacha abrió los ojos y se sintió apabullada por su propio desconcierto. No recordaba nada. Ni su nombre, ni su edad, ni sus señas. Vio que su falda era marrón y que la blusa era crema. No tenía cartera. Su reloj de pulsera marcaba las cuatro y cuarto. Sintió que su lengua estaba pastosa y que las sienes le palpitaban.
Junto a ella se encontraba un hombre que la miraba aún más confundido, intento hablarle pero las palabras se le entrecortaban en la garganta derramando un par de lágrimas. Acaricio su mano pero ella la rechazó. No lo conocía, como pretendía que permitiese que la tocara. Confunda, preguntó al hombre quien era, en donde estaban y que era lo que había pasado. El, con voz suave, le dijo que no se preocupara que estaban en casa y que el cuidaría de ella. La chica preocupada se levantó del sofá aun mareada y confundida, le dolía la cabeza y cuando se observó en el espejo, vio que la frente estaba cubierta por una pequeña gasa que aun chorreaba un poco de sangre, se asustó mucho, no comprendía por que le había ocurrido eso. El la tomo de la mano guiándola al sofá para que se sentara y le explicó. – Esta mañana ambos salimos temprano para ir a nuestros trabajos, a medio día recibí una llamada en la oficina del hospital, me dijeron que te habías caído y te golpeaste en la cabeza. Esta es la tercera vez del mes que ocurre, pierdes el conocimiento y parte de la memoria por un instante, pero después todo regresa a la normalidad, pero esta vez es diferente, el daño por el golpe ha empeorado la situación. Los doctores no saben qué tipo de enfermedad es, me dijeron que te trajera a casa, que ellos se encargarían en cuanto sepan que es lo que te pasa.
La chica no lograba entenderlo, ¿estaba enferma?, pero ¿de qué? y ¿por qué estaba con aquel hombre? Observó su mano derecha y vio que poseía un anillo. Lo miro perpleja y el solo pudo pronunciar. – si amor soy tu esposo. Algunos recuerdos se le vinieron a la mente, pero en ninguno de ellos recordaba el rostro de quien decía ser su “esposo”. Camino alrededor del cuarto desesperada por la situación, asustada de no saber quién era en realidad, el hombre no soportaba verla así, se moría por abrazarla por decirle que todo estaría y que juntos saldrían adelante, pero ella no soportaba ni que la tocara y esto a él le rompía el corazón.
Al no saber nada de ella misma, no le quedo más que pasar aquella noche en casa de un desconocido que decía amarla. Cerro los ojos quedándose completamente dormida y el solo pudo velar su sueño durante esa noche deseando en lo más profundo de su alma, en que todo fuera una terrible pesadilla y que su esposa despertara diciéndole que lo amaba tanto como el a ella.
Al día siguiente ella despertó, tocó el lado de la cama esperando encontrar a alguien, pero estaba vacia, desconcertada observo a su alrededor. Su esposo estaba a su lado sentado en una silla durmiendo. Ella lo despertó cariñosamente con un tierno beso, la tomo entre sus brazos agradeciendo a Dios por haberle regresado a su esposa. El no dijo nada más y ambos salieron de casa nuevamente para continuar con su vida normal, pero el sin dejar de lado la preocupación de la enfermedad de su mujer.
Durante el día volvió a recibir la misma llamada, se llenó de pánico y corrió desesperadamente hacia el hospital. Cuando entro a la habitación en donde se encontraba la chica, los ojos se le inundaron de lágrimas, esperando a que sus ojos se abrieran, no importa si no lo reconocía, solo quería verla despertar, pero eso nunca ocurrió. Esta vez, el velar su sueño le tomaría el resto de su vida.

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